“¡Dale duro, dale duro!”, “¡a la izquierda... a la derecha!”. Es común escuchar estas frases cuando se rompe una piñata en las fiestas infantiles. Es un momento de euforia y alegría, aunque también puede ser uno de tensión y miedo, sobre todo si es la primera vez que un niño participa en esta celebración.
Por esa razón, en los primeros cumpleaños los padres deben estar siempre presentes y tener en cuenta algunas consideraciones como adquirir piñatas “no violentas” para evitar extraer el lado agresivo de los asistentes.
Sustitutos
La psicóloga y psicoterapeuta familiar Natalia Méndez-Ruiz afirma que los niños pueden asustarse al ver que golpean con un palo a su personaje favorito. Por ello es recomendable que durante los primeros años del festejado la piñata represente objetos y no personas.
Los más grandes ya tienen la representación mental de los personajes de las caricaturas y películas como figuras imaginarias, y poco a poco, conforme crecen y adquieren experiencia, se apropian de esta tradición.
“No es raro ver llorar a niños y niñas ante la impotencia de no poder hacer nada por defender algo que es suyo, que además es el objeto de su afecto y que, sobre todo, simboliza una figura de seres vivos, pues son objetos humanizados que incluso tienen expresión en sus rostros”, explica la psicóloga Neicy Bailey.
Bailey afirma que los resultados en la personalidad son muy negativos, pues quebrar una piñata de determinado personaje contribuye al deterioro de la autoestima e impide el desarrollo de la empatía o comprensión hacia los demás, lo que representa el comienzo de la pérdida de uno de los valores fundamentales de la convivencia humana: el respeto.
Méndez-Ruiz expone que cualquier actividad que realice un niño debe ser controlada por los adultos, y considera que existen efectos negativos al momento de recoger los dulces, por los que todos se pelean.
Bailey asegura que si el infante se familiariza con el uso de instrumentos para agredir, como el palo, se da cuenta de que la sociedad aprueba y aplaude el uso de la violencia gratuita y percibe la aceptación de hacer uso de esta como una manifestación social en contra de alguien indefenso.
La experta dice que cuando el niño es obligado a agredir su piñata significa una agresión contra sí mismo. Pero si, además, esta representa una figura femenina —princesas o heroínas— con las que la niña se identifica, el mensaje es mucho más directo en cuanto a la desvalorización personal. En la etapa adulta las consecuencias pueden ser una actitud de autosacrificio, autoflagelación en la mujer, o una actitud permisiva ante la violencia contra aspectos relacionados con las féminas.
Sin violencia
Méndez-Ruiz manifiesta que las piñatas “de la no violencia” son una buena elección.
Estas se caracterizan por una serie de pitas largas que sobresalen de la figura, las cuales deben jalar los pequeños mientras se va desbaratando poco a poco.
La ventaja de estas piñatas es que, además de no dejar un impacto de agresividad, son más seguras, porque si no hay suficientes adultos para monitorear, es menos probable que ocurran accidentes o peleas.
Bailey indica que esta alternativa permite conservar la tradición de las piñatas en un contexto positivo, ya que se erradica el uso del garrote para apalear a un personaje que forma parte de la celebración. Modificar de esta manera esa tradición fomenta el respeto a la integridad física y emocional de todos los involucrados, especialmente del homenajeado.
Historia
Las piñatas se originaron en China, donde era costumbre, al inicio del año, celebrar ceremonias en las que se elaboraban figuras de animales con papel de diferentes colores. Estas se rellenaban de semillas, que caían cuando los reyes les pegaban con varas. Se consideraba de buena suerte conservar la ceniza de las piñatas luego de quemarlas.
Cuando esta tradición llegó a Italia, en el siglo XII, llevada por Marco Polo, las piñatas se comenzaron a emplear para fiestas de Cuaresma. Estas consistían en una olla de barro cubierta con papeles de colores, y representaba la lucha del hombre contra las pasiones o los pecados capitales. Después los españoles la trajeron a la Nueva España (México), donde formaban parte de ceremonias religiosas.
Se cuenta también que los mayas tenían un juego en el que trataban de romper con los ojos vendados una olla de barro llena de cacao, que se balanceaba detenida por una cuerda. Los frailes le dieron un significado religioso.
Fuente: Museo de la Universidad de San Carlos.
Con pitas o listones
Los niños se colocan alrededor de la piñata y sujetan el extremo de la pita o listón. Luego, un adulto da una señal y todos deben jalarla al mismo tiempo con el fin de que caigan los dulces.
Antes de solicitar la fabricación de la piñata, se puede pedir que en los extremos de las pitas se incluyan algunos premios.
Así se fabrica
Según Mirna Berducido, experta en fabricación de piñatas “no violentas”, la elaboración de estas es sencilla. Se necesitan los siguientes materiales. :
Alambre de amarre
Papel bond de reciclaje
Papel de china
Cáñamo
Engrudo (pegamento natural)
Engrapadora
Tijeras
Alicate
Estructura
Tener una foto del objeto que se desea elaborar. Con el alambre de amarre se le empieza a dar forma.
Forro
Se utiliza papel bond de reciclaje. Se aplica el engrudo para pegar el papel en una base de metal.
Amarre
Levemente se rasga el papel bond y se sujeta la estructura con cáñamo, con el que se hace un pequeño nudo en la parte superior. Luego se afianza con grapas en la superficie de papel. Finalmente se recubre con papel de china.